Quiero comenzar agradeciendo a cada una de las personas que se tomó 2 minutos para contarme su experiencia de emigrar a Noruega o Dinamarca.
Me ha llegado al corazón cada una de sus vivencias y su generoso compartir.
En el resultado encuentro algo que he visto en pacientes y amigos aquí en Noruega: a mayor nivel de idioma noruego y tener algún amigo local, aunque sea 1, favorece el sentirse a gusto en su vida social e interpersonal.
Aquellas personas con menos de 3 años en el país con un nivel básico de noruego han sentido en su mayoría depresión o gran tristeza, 67% no se siente satisfecho con su vida social y la mitad se siente integrada en la cultura. Y esto es natural también al recién emigrar a un país nuevo y enfrentar nuestro grupo de creencias a esta nueva cultura.
Y es que todos nos movemos en la vida con un conjunto único de creencias. Es único porque es propio e infinitamente diferente al de los demás. Y esas creencias nos acompañan siempre. Vamos añadiendo y reescribiendo estas creencias, y son las que nos acompañan hoy aquí en un nuevo país.
Por ejemplo: tengo una creencia es que el mate es un líquido que nos une, y lo asocio con el disfrute, con amigas del alma, al compartir en comunidad y eso “es lo mejor que hay”. Seguro que otro hispano, que viene, por ejemplo, de República Dominicana no tiene la misma asociación. Pero tiene otra creencia similar con otros objetos o rutinas.
Al llegar aquí nos encontramos con un lugar, idioma, estilo de vida, comida, compartir diferente.
Voy a dejar un legado, algo aportaré a esta sociedad, y de esto he hablado en mis redes porque es una de las dinámicas de adaptación que más recomiendo. Pero por más que yo proyecte e influya en mi entorno no voy a modificar todo lo que sucede en el exterior. Puedo encontrar yerba mate en el supermercado, pero no voy a hacer que todos en este país comiencen a tomar mate, lo carguen a todos lados y me llamen para compartir el momento.
Entonces debo hacer cambios a nivel de creencias. Esto implica que hago cambios internos, en mi. Cambios en mi mente.
Vamos haciendo cambios constantes para adaptarnos a nuevos entornos. Entonces cuando en terapia trabajo la dificultad de adaptación, el duelo migratorio, depresión o proyectos que no me salen, trabajo con técnicas para escribir nueva información en mi mente… y que juegue a mi favor.
Esto es abrir la mente. Es ampliar perspectiva.
Es parte del camino a la iluminación. Ya lo dice el Yoga y el Ayurveda, vamos entregando la mente para el discernimiento. No dejarme llevar por el deseo o el rechazo, sino utilizar el Buddhi o consciencia.
Todos vamos incluyendo cosas nuevas y abriéndonos a cosas nuevas.
Entonces, siguiendo el ejemplo del mate: Voy a borrar el pasado y pensar que el mate no debe estar asociado al disfrute? Claro que no.
Voy a ampliar mi visión. Entonces además del mate con mis amigas del alma en la casa de Juanita, con el sol de la tarde… también voy a incluir nuevas formas de compartir, disfrutar y tener momentos de alegría.
Y habrán creencias y mecanismos que salgan y sigan “no es lo mismo” “nunca va a ser lo mismo”… Nunca va a ser lo mismo?
A esto yo lo llamo INNER Management: cuando comenzamos abriendo al mente y dar luz a lo que en mi mente está grabadísimo, y me limita, para expandir, expandir, expandir, y dar espacio a lo nuevo. Y desde allí aprendo a gestionar mis emociones.
Utilizo técnicas del budismo, psicología Transpersonal y también muchísimo de sistémica, que son las nuevas constelaciones familiares.
Encontramos mucho en nuestro árbol. Hice esta encuesta incluyendo la pregunta: “quién emigró de tus antepasados?”. Y la mayoría no sabía, pero los latinos tenemos todos historia de bisabuelos, tíos y parientes en barcos, que atravesaron un océano y nunca volvieron a ver a su familia. Hubo mucho dolor que no se permitió llorar y algunos cargamos con cuentas pendientes que hoy se viven como obstáculos. (Te recomiendo leer Constelando al Emigrante)
Volviendo a la necesidad de ampliar visión: hay información que se releva por medio de psicoterapia, también con meditación, donde vamos identificando las creencias de las que no tenemos consciencia aún. Y desde allí ampliamos la mirada, que es la visión de la psicología transpersonal, el yoga, ayurveda, budismo, y otras filosofías.
También recomiendo mucho Mindfulness. Entreno la mente a tener claridad de lo que siento y pienso. Es estar conmigo en el momento presente, con las risas y con la tristeza o miedo que esté viviendo, y desde allí es que puedo decidir hacerlo diferente. Desde allí puedo seguir ampliando mirada. Desde ahí puedo calmar mi mente. Si vivo en el celular, en la distracción del trabajo, de las RRSS, en la vida del otro, y no me miro internamente, voy a vivir negando o rechazando quién soy y cuales son mis creencias, y no voy a saber qué darme tampoco.
El automatismo me puede decir “mate con tus amigas del alma”. Pues eso no hay ahora mismo. Entonces está todo mal? Entonces me dedico solo a trabajar y punto? La respuesta a esas preguntas es: no, hay algo más, y necesitas dedicarle el tiempo y energía necesarios para encontrar nuevas formas de relacionarte, con o sin mate, con personas nuevas que serán de buen corazón, con tradiciones distintas, quizás hablando en noruego, español o inglés y abriendo el corazón a que tu crecimiento como persona y a nivel espiritual, es abrir los brazos, ser compasivo y encontrar una nueva forma de encontrar paz y relaciones conscientes.
El ejemplo del mate es muy sencillo. En la encuesta han compartido algunas creencias, por ejemplo: “Creo que volver a mi país sería fracasar”, “Es una comunidad cerrada”.
Muchas veces nos abandonamos pensando que el otro es un frío o cerrado u otra etiqueta, y eso me distrae de mirar dentro y tomar responsabilidad de MI mundo emocional, de cómo me siento y de qué más puede ver si amplio la mirada.
Les dejo allí la invitación de tomar responsabilidad de su mundo emocional.
Muchas gracias por leer.
Constelando al emigrante
… No es casualidad que quienes emigremos tengamos antepasados que han emigrado y en dicho proceso haya habido ruptura, dolor y madres que no volvieron a ver a sus hijos.
Y es que: qué pasa con esas emociones?…
Cómo ser feliz viviendo fuera?
Emigrar es un gran reto, y por más que ya hayas dado el gran salto de encontrar un nuevo hogar, un nuevo trabajo, y estar en un nuevo ambiente, encontrar la felicidad en un nuevo país es el mayor reto…
Creando tu hogar en tu nueva casa.
Después de vivir un año en Noruega fue dura la adaptación y extrañaba mucho, así que decidí buscar la belleza en las pequeñas cosas y de la mano del arte, comenzar también a canalizar esas emociones.
Hoy te comparto dos actividades …
Tu experiencia es importante: has emigrado a un país nórdico?
Puedes completar la encuesta de manera anónima si lo prefieres.
Muchísimas gracias!